miércoles, 26 de marzo de 2014

Expediente PLC (00 02H). Procesamiento de Información


Desperté todavía en medio de la oscuridad de la noche.
Sentía mucho frío.
De hecho, fue por el terrible frío que sentía por todo el cuerpo por lo que había despertado.
Me di cuenta de que estaba todo mojado.
Había dejado de llover, y por entre las nubes se escabullían algunos rayos de luz provenientes de una hermosa Luna en cuarto menguante.
Aturdido, trataba de recordar lo que había pasado, y si todo había sido sólo un sueño.
Alcé la mirada y vi cómo árboles y arbustos me rodeaban por todos lados.
Acostado sobre la hierba, poco a poco empecé a recobrar fuerza.
Cuando quise incorporarme, percibí dolores en cada parte de mi cuerpo.
Y recordé que hacía unos momentos, o quizá horas, no lo sabía, que había caído de un puente.
Tenía que estar contento porque seguía vivo, no?
Pero mi cuerpo había sufrido de lleno el impacto con el agua.
Eso debió hacer que perdiera la conciencia.
Y si había perdido la conciencia, cómo es que había salido del río?
Y dónde estaba Jenni?
Jenni!
Me incorporé entonces rápidamente, y, al notar que ella no estaba por ningún lado, me puse a gritar su nombre... mas no obtuve respuesta.
Sólo percibía el rumor del río, el cantar de los grillos y de otros insectos, el croar de las ranas, y el viento acariciendo las ramas de los árboles.
Al incorporarme, pude darme cuenta de que no traía la chamarra que Jenni me había prestado, ni tampoco zapatos, y que me encontraba a unos pocos metros de la orilla del río, de un caudaloso río que había aumentado su flujo gracias a todo el agua vertida por la lluvia.
Comencé a reconocer el lugar con el fin de orientarme.
Pude percibir algunas luces intermitentes a lo lejos.
Eran automóviles que circulaban por la carretera.
Después pude descubrir entre las penumbras de la noche una pequeña cabaña abandonada.
El rostro de las cosas cambia radicalmente por la noche.
Gracias a estos detalles, pude concluir que estaba cerca del camino que conducía a mi casa.
Así que di lentamente algunos pasos hacia ese sendero.
Era extraño. Yo había despertado a varios kilómetros de distancia de donde estaba el puente del cual nos caímos Jenni y yo.
Y lo más extraño era que el lugar donde desperté estaba a contracorriente del río.
Cómo pude llegar hasta allí, salir del agua, si yo estuve inconsciente todo el tiempo?
Seguramente Jenni me llevó a ese lugar.
Una idea me iluminó la mente.
Quizá ella estuviera a salvo y estaría ya en casa, en mi casa.
Así que con gusto aceleré el paso, a pesar de lo adolorido que sentía todo mi cuerpo; pero el caminar rápido me haría entrar en calor...
Durante mi trayecto fui recordando los sucesos recientes.
Trataba de pensar y de comprender cada detalle.
Deseaba que todo aquello hubiese sido sólo un sueño, una pesadilla.
Sólo quería llegar a casa, quitarme esta ropa mojada, encender la chimenea, meterme a mi cama y dormir. Me sentía tan cansado y molido.
En algunas ocasiones, gritaba el nombre de Jenni, pero nunca obtuve respuesta.
Por el camino, me deshice del exceso de líquidos de mi cuerpo; todo debido al frío que sentía.
Después de muchos resbalones por el camino lodoso, llegué a casa.

Mis cachorros comenzaron a ladrar cuando todavía estaba yo a varios metros de la casa.
Sentí mucho gusto escucharlos.
Una vez frente al portón de acceso, metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón para sacar la llave electrónica para abrir la puerta.
La saqué, pero...
No funcionaba!
Estaba completamente mojada.
Miré mi brazo izquierdo bajo la luz de la entrada de mi casa, y vi que allí estaba la pequeña cortada que me había hecho mi amiga para instalarme el chip de comunicación.
Así que intenté ponerme en contacto con Jenni; tal vez ella estaría en casa y me podría abrir...
Hice varias marcaciones, y, aunque percibía el tono de marcado, ella no me contestó.
Decidido a entrar a casa, pasé al plan B.
Al otro lado de la casa, había dejado un duplicado del control de acceso a mi casa, bien escondido entre la maleza, resguardado en una pequeña caja de acero inoxidable.
Cuando me fui aproximando al lugar, percibí que algo se movía entre las sombras.
Casualmente, Jenni no me había dejado ningún arma.

- Quíen es? Quién anda allí? - grité un poco nervioso.

Por supuesto, no obtuve respuesta.
Lenta y sigilosamente, me aproximé al lugar.
Y otra vez escuché el crujir de ramas, por lo que quedé inmóvil por unos momentos?

- Eres tú Jenni?... Soy yo, Franco... Sal, por favor...

Otra vez sólo silencio.
Seguí avanzando. Llegué hasta la caja metálica.
Como no había sucedido nada, con mucha confianza estiré el brazo para abrir la puerta de la caja, pero...
Un zorrillo saltó y pasó apresuradamente a un lado de mí, yo perdí el equilibrio, y pronto el lugar se inundó de un olor peculiar...
Aunque no quise darle importancia al incidente, el aroma me causó náuseas y...
Abrí la caja, saqué el control de la puerta, y me fui todo mareado a la entrada de la casa.
Ese amiguito travieso se perdió entre el follaje y las penumbras de la noche.

Finalmente, entré a mi casa, saludé y abracé a mis cachorros con mucha alegría, aunque ellos me hacía un poco el fuchi, tal vez porque su sensible olfato percibía mi agradable olor a... un animalito color negro con blanco.
Cuando estuve a punto de abrir la puerta que me conducía a la sala, escuché ruidos de motor acercándose a la casa, y mis cachorros se apresuraron a llegar al frente y ponerse a ladrar.
Escuché que los autos se acomodaban frente a mi casa; luego escuché el cerrarse las puertas de los vehículos, enseguida unos pasos graves crujiendo sobre la tierra, alguien tocó violentamente el portón de mi casa, y el clásico:

- Abran la puerta! Es la policía!

Parecía que mi noche no había terminado todavía...
"Rayos! Ahora qué va a pasar?", me pregunté.
Me dirigí a la puerta lateral de la entrada, noté unas pinzas tiradas en el piso, las levanté, y abrí.

- Buenas noches! En qué puedo servirle, oficial? - pregunté a un tipo malencarado vestido con una gabardina negra acompañado de otros dos energúmenos también vestidos del forma similar para la ocasión.
Mostrándome una bonita placa de color amarillo metálico, me dijo:
- James Bean. Agencia de Inteligencia. Estamos en la búsqueda de dos peligrosos fugitivos que se adentraron el bosque hace unas horas. Qué nos puede decir al respecto. Los ha visto? Ha escuchado algo extraño en su casa o en los alrededores?
- Ah, ustedes son del FBI! - les pregunté algo emocionado. Por fin conocí a James Bean en persona.
- No somos del FBI - me contestó de manera seca y tajante.
- Entonces, de la Interpol
- Tampoco de la Interpol! - ahora había subido su nivel de voz, y percibí que se estaba enfadando un poco.
- Entonces son...
- Ya le dije que somos de la Agencia de Inteligencia del Gobierno, sus siglas son AIG!
- No había escuchado de tal organización... Por qué ustedes no son tan populares?
- No somos una organización; somos una agencia. Y aquí quien hace las preguntas soy yo!
- Está bien; no se moleste; yo sólo quiero cooperar, en lo que pueda...
- Buscamos a una pareja muy peligrosa de delincuentes. Estas son sus fotografías. Son los terroristas más buscados en el mundo.
Me mostró las fotografía, y pude ver que la foto de la chica correspondía al de mi amiga Jenni; al otro personaje, por suerte no era yo, nunca lo había visto en mi vida. Tuve que contener mis impresión, pero creo que ellos la notaron.
- Qué le sucede? Por qué se sobresalta? - me preguntó el agente.
- Disculpe señor James, sentí un escalofrío; creo que me he resfriado - respondí.
- Por qué está usted tan mojado, señor...?
"Qué le respondo? Qué le respondo?", pensé mil veces en mi cabeza...
- Franco... Me llamo Franco... Estaba yo en la sala de mi casa cuando... Cuando de pronto me quedé sin energía eléctrica. Sí, hace rato sucedió eso. Así que me puse a revisar por toda la casa... Y encontré un desperfecto en el cableado; pero ya lo arreglé justamente cuando ustedes iban llegando; mire, aquí traigo las pinzas en las manos; la lluvia ha sido inclemente conmigo...
- Ya veo. Qué me dice de estos sujetos?
- Siento mucho no poderles ayudar; pero sabe, yo pensé que el delincuente más buscado era un personaje dedicado al tráfico de estupefacientes, llamado...
- Todo mundo sabe de esos personajes; pero a nadie le interesa atraparlos realmente; usted también cree en las noticias de la televisión; nosotros somos agentes serios y profesionales; nosotros trabajamos en misiones ultrasecretas; y créame que estos terroristas que le acabo de mostrar, no son conocidos por ningún reportero. Nosotros no jugamos a los policías y ladrones como las otras instituciones gubernamentales, quienes ni siquiera saben de nuestra existencia. Y le aseguro que no querrá toparse con estos terroristas.
- De acuerdo, señor James. Y me da gusto que hagan así su labor. Lamentablemente no tengo he comprado café para invitarles a pasar y conocernos mejor; así que, con su permiso, me retiro a descansar, y les deseo...
- Creo que usted no nos ha entendido; nuestra prioridad es encontrar a estos terroristas, a como dé lugar; vamos a registar su casa...
Esto último lo dijo acompañado de un ademán que hizo con la mano a sus compinches indicándoles que avanzaran y entraran en mi casa. Por lo que yo repliqué:
- Espere, espere, espere! Usted necesita una orden de cateo para ingresar o una invitación que yo le haya mandado por correo; como no tiene ninguna de las dos, sería un delito que ingresara así a mi casa...
El agente James sonrío por un breve momento, y dijo:
- Por favor, señor Franco, no interfiera o lo arrestaremos...
Al acercarse a la puerta de mi casa sus secuaces, o mis cachorros empezaron a ladrar con más fuerza, y uno de ellos lo tuve que sujetar del collar para que no atacara a estos no-invitados...
Uno de los hombres sacó su pistola y apuntó hacia mi perro...
La tensión había subido al máximo...
De pronto sonó un teléfono.
Era el móvil del agente James.
- Esperen! - gritó a sus subalternos, y atendió a la llamada. Y dijo:
- Calle a sus malditos perros!
Se alejó unos pasos, y alcancé a escuchar su diálago...
- Los encontraron?... No?... Sólo una chamarra?... Entonces estoy por el rumbo equivocado... Voy para allá...
Colgó.
Miró a sus camaradas, y les dijo:
- El equipo de búsqueda acuática encontró la motocicleta en el fondo del río, y una chamarra negra en la orilla del río, corriente abajo; al parecer tomaron el rumbo contrario al que estábamos pensando. Regresemos.
Luego se dirigió a mí y me dijo:
- Siento mucho los incovenientes, señor Franco.
- No se preocupe; no he tenido una buena noche.
- Sólo le quiero advertir una cosa: Cuídese de estos terroristas; tiene la capacidad de manipular su mente y hacerle pensar que lo que ellos le piden es lo correcto. Recuerde: Ellos son súmamente peligrosos. Si sabe algo de ellos, háganoslo saber de inmediato.
- Descuide; no soy fácilmente manipulable; recibí una formación bastante sólida de pensamiento científico; soy bastante escéptico y un lógico implacable... Y yo le informaré si llego a saber algo de ellos; por cierto, cómo se llaman?
- Jennifer di Lesso y Vladimir Alexandrov. Espero que no olvide sus rostros y sus nombres; son una pareja sumamente peligrosa...
Esto último me lo dijo cuando iba subiendo a su auto, pero de pronto salió corriendo debajo del auto un animalito con pelaje negro y rayas blancas, y... escuché decir al agente:
- Maldición! Animal del demonio!
Sacó su pistola, pero el zorrillo ya había desaparecido otra vez en la maleza y en la oscuridad, no sin antes dejarle al agente un agradable recuerdo.
- Vámonos de aquí! - gritó con gran enfado.
Momentos después vi alejarse los vehículos de lujo en los que habían llegado estos fieles trabajadores del gobierno.
Y yo cerré la puerta de la entrada.
Ya dentro de casa, me dirigí a mi habitación, a darme una buena ducha para quitarme el insoportable aroma que me había dejado este querido mamífero...
Cuando encendí la luz de mi habitación pude ver que sobre mi cama había un estuche de color negro con un símbolo extraño...
Jenni!
Se vino a mi mente. Y me puse a gritar su nombre por toda la casa; pero no obtuve respuesta ni la encontré por ningún lado.
Me quité toda la ropa y la arrojé por la ventana, impregnada de un fuerte y desagradable olor.
En la ducha, al tallarme la espalda, sentí un gran dolor en las costillas. Al verme al espejo del baño, pude advertir dos grandes hematomas, como los producidos por impactos de bala cuando se usa chaleco antibalas... Y entonces caí en la cuenta de que la chamarra que me había prestado Jenni era a prueba de balas. Me salvó la vida...
Después de una larga ducha, me apliqué todos los perfumes que tenía a la mano de todas las marcas conocidas para mitigar o disfrazar el olor residual que quedaba en mi cuerpo. De algo serviría, supongo.
Finalmente, me tomé unas pastillas para el dolor, y me acosté en mi cama pensando en Jenni, en dónde estaría, si ella se encontraría con vida, y, además, en el contenido de aquella misteriosa maleta que había puesto sobre mi cama, justo al lado mío.
No quería abrirla; por el día de hoy, ya habían tenido suficientes emociones...

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[Continuará...]
    

miércoles, 19 de marzo de 2014

Expediente PLC (00 01H). El Café de Jenni




Miles de pensamientos atravesaron mi mente en ese momento.

Era la primera vez que saldría de mi casa en medio de la noche.
Esto no parece tener nada de extraño, a excepción, claro de que en esta ocasión no me iría de paseo en mi querida SUV.
Ahora las condiciones eran diferentes.
Vaya que lo eran!

Para empezar, mi querida SUV se quedaría en casa en compañía de mis cachorros. Yo sería un pasajero más en la parte trasera de un vehículo de dos ruedas; así que debía confiar mi vida a una amiga que hacía tiempo no la veía, y de la cual desconozco por completo sus habilidades como conductora de motos. Por lo menos, ella sí traía casco de seguridad, pero yo sólo me pondría unos lentes claros. Además, la pequeña brecha que conectaba mi casa hasta la carretera estaría lodosa, y la carretera, por su parte, estaría llena de peligrosos charcos camuflados por la oscuridad de la noche. Asfalto resbaloso, vehículos circulando en la carretera a alta velocidad, con ropas oscuras, mi brazo inchado por la reciente intervención quirúrgica...

-¿Qué esperas para subirte? -, me preguntó Jenni contemplando mi mirada perdida.
- Sólo voy a activar las alarmas de seguridad... Ya sabes, seguridad ante todo; estarás de acuerdo?

Supongo que su sonrisa de ironía fue de asentimiento.

- Listo. Durante el trayecto, practicaré esto de marcar a tu teléfono con este chip de última generación que implantaste en mi brazo. Supongo que no será tan complicado -le dije a mi amiga.
- Te sugiero que le llames a Leo, ya que yo iré manejando, y como la seguridad es primero...
- Vaya! Si la seguridad fuera lo primero, no saldría en este momento de mi casa. Pero como quiero complacerte por ser mi huésped de esta noche, llamaré a Leo... Me doy cuenta de que tienes un enorme poder de sugestión para conmigo... Así que será mejor mantenerme lo más alejado de ti, ya que si me pides que me arroje de un puente, seguramente lo haría - por supuesto, esto se lo dije con tono de broma.
- Sólo tú tienes el poder de tomar la última decisión... Pero sube, que se hace tarde!... Y sujétate bien.

Luego de darles la última caricia a mis cachorros, subí a la bella motocicleta color negro. Rodeé con mis brazos la cintura de mi amiga quien quizá percibió un que yo estaba un poco nervioso... Yo, poco acostumbrado al peligro... En fin, las puertas de mi casa se abrieron automáticamente y en pocos momentos estábamos pisando la arcilla oscura y húmeda del camino. Giré mi cabeza hacia atrás para comprobar que las puertas de la entrada de mi casa se cerraran. Y con ellas parecía cerrarse un capítulo más en mi vida. Ahora iniciaba uno nuevo, uno desafiante, un camino que nunca habría podido imaginar. Y vaya manera de iniciarlo, con una amiga que había llegado de la nada, luego de una larga ausencia, y ahora, en su motocicleta, junto a ella, me adentraba a recorrer un camino difícil en medio de la oscuridad de la noche. Este soy yo? Me llegué a preguntar, y todavía no salía de mi asombro. Finalmente, decidí concentrarme en probar mi nuevo chip y llamarle a Leo.

No me resultaba nada fácil concentrarme en los números; yo seguía con mi mirada los movimientos de mi amiga, quien manejaba con mucha destreza la motocicleta, esquivando charcos, piedras, baches, ramas de arbustos, etc. El camino era difícil y la noche no ayudaba mucho. Algunas gotas de agua cayeron sobre mi cabeza y mi rostro. Era algo molesto. Finalmente llegamos a la carretera que nos conduciría a nuestro destino. Ella se detuvo un momento. Mi nerviosismo disminuyó enormemente... pero sólo por unos instantes! Había mucho tráfico en la carretera; los vehículos avanzaban lentamente, mientras se podía escuchar a lo lejos las sirenas de lo que parecían ser ambulancias, patrullas y carros de bomberos.

- Qué sucede? Crees que hubo un accidente? - le pregunté.
- Seguiremos por este camino - me contestó.
- Pero no hay otro camino... que yo conozca...
- Sujétate! - me gritó.

Y en seguida tornamos a la parte lodosa de la que habíamos salido, atravesando el espeso bosque. Luego de avanzar unos cuantos kilómetros, me desorienté completamente. "Esto es una locura!", me dije en mi interior; pero había que confiar en mi amiga, aunque otra vez estuviera un poco nervioso.

De pronto sentí que la motocicleta disminuía su velocidad. Inmediatamente abrí los ojos (tenía un poco de sueño, por supuesto!), me di cuenta de que habíamos llegado a la cafetería.

- Ya puedes soltarme - me dijo Jenni.
- Sí, sí, tienes razón. Disculpa. Pensé que todavía faltaba mucho más. Cuánto tiempo hicimos? Dos horas?
- Sólo veinticinco minutos... No te asustaste durante el trayecto, verdad?
- No!, claro que no! Por qué piensas eso? - le contesté, pero no sabía porqué me sudaban tanto las manos...
- Al parecer no estás acostumbrado a este tipo de paseos...
- Pero si me divertí mucho! Me remonté a mi infancia, cuando me la pasaba horas enteras en el parque de diversiones, subiéndome a la montaña rusa, a la rueda de la fortuna, a los carros chocones, y todos esos juegos que te hacen fluir la adrenalina...
- Pues al parecer necesitar conectarte otra vez con ese niño... - me lo dijo a tono de burla, y luego añadió:
- Cómo te fue con la comunicación?
- Creo que iba disfrutando del paisaje y no me concentré mucho en llamarle - al parecer no me creyó eso de que iba "disfrutando el paisaje"...
- Por qué no lo intentas ahora?
- Bien, lo intentaré, ahora que no hay tanto ruido; ya sabes, la motocicleta, el tráfico, todo eso me distrae...
- Sólo respira profundo... concéntrate en los números... no es difícil... Si deseas, puedes cerrar los ojos, ayuda mucho al inicio...
- Sí, así lo intenté durante el trayecto, pero sin mucho éxito; no llegué a hacer ninguna conexión; pero... aquí voy... de nuevo... cinco, cinco...

Luego de varios intentos fallidos, ella, con sus manos, me toma mi mano izquierda, y me pide que me tranquilice, que tenga calma, que me concentre, que respire...

Wow! Eso ayudó!
Porque... escuché el tono de marcando, sentí un hormigueo por el brazo izquierdo, y luego...

- Bueno? Franco? Eres tú? - escuché en mi mente!
- Sí, soy yo, Leo! Me da gusto escucharte! Realmente estoy sorprendido! - Hubo una pequeña pausa, y añadí:
- Me escuchas, Leo?
- Bueno? Sí, claro, te escucho; sólo que de repente percibí un poco de ruido y salí al patio de mi casa.
- Me alegra que ya estés en tu casa. Entonces, no tuviste más problemas con la máquina?
- Hace rato salí de la planta, pero estuve un rato haciendo pruebas, una vez que se reestableció la energía eléctrica. Al parecer hiciste buen trabajo; te arriesgaste demasiado, y ni supe cuándo te saliste... Sólo que olvidaste con tus prisas, olvidaste tu cinta de aislar...
- Mi cinta de aislar? Pero yo no llevaba cinta de aislar; para qué iba necesitar cinta de aislar? Sólo cambié una tarjeta en el PLC...
- No era tuya la cinta? Pensé que la habías utilizado para la reparación... Sabes, recordé que la semana pasada habían cambiado un sensor a la máquina; y luego de tu intervención, al notar la cinta de aislar, me puse a revisar la máquina para saber qué le habías hecho y ver si ya estaba en condiciones de ponerse en marcha. Revisé la tarjeta que cambiaste, ý, al notar la cinta de aislar tirada en el suelo, me puse a revisar el cableado. Y sabes qué descubrí, Franco?
- Pues... que no había más... desperfectos, supongo...
- Lo que vi fue que el cable del sensor que se cambió había provocado la falla cuando la máquina estuvo en funcionamiento. Ese cable se machucó debido a que no se canalizó adecuadamente, y provocó un corto circuito que dañó la tarjeta que tú cambiaste. Entonces, yo imaginaba que tú habías aislado el cable machucado con la cinta y lo habías acomodado correctamente. Pero, entonces, no fuiste tú quien reparó el cable? De no haberse reparado, al arrancar la máquina se corría el riesgo de provocar otro corto circuito y dañar nuevamente la tarjeta. Eso no lo revisaste tú?
- Tienes razón; la máquina podría haber fallado otra vez, pero... - en ese momento, pensé en mi amiga misteriosa, a quien volteé a ver, y me percaté de que sonreía en silencio, como si acabara de cometer una travesura... sí, una más... y me di cuenta de quién había reparado el desperfecto del cable...
- Pero qué, Franco?
- Pero ahora recuerdo que sí; antes de cambiar la tarjeta revisé el cableado; tienes razón; y encinté y acomodé el cable rápidamente, y luego cambié el módulo dañado.
- Cómo lo hiciste tan rápido sin luz en el área? Cómo sabías que el problema podía estar en el cableado?
- mmm, bueno, lo supuse, y, pues, ya con la experiencia de los años, piensas en todas esas posibilidades... Pero te regalo la cinta de aislar, y, quiero preguntarte si la máquina ya está trabajando bien.
- Sí, ya está trabajando bien; luego de que revisé estos detalles, energicé la máquina y ya no me marcaba error la CPU; hice algunas pruebas sin producto, y la máquina respondió bien. Yo decidí venirme de la planta desde hace rato, dejando instrucciones de que si había algún problema, me llamaran. Pero no me han hablado, así que supongo que ya a estas horas estarán trabajando de manera normal. Así que te agradezco tu ayuda, Franco, y te pido me pases el costo por tus servicios...
- De acuerdo, Leo; me da gusto que tu máquina esté trabajando otra vez; y sí, en cuanto pueda, te llevo la factura.
- Y tú ya estás en casa, Franco?
- Hace unos minutos me encontraba allá, pero salí a cenar...
- No andarás solo, cierto?
- mmm, no; tengo compañía, sólo que deseaba saber si todo marchaba bien en la planta, con eso de que salí sin avisar ni nada...
- De acuerdo, no te molesto, y deseo que te la pases bien.
- Gracias, Leo; luego seguimos conversando.
- No, gracias a ti, gracias por tu ayuda. Buenas noches, Franco!
- Buenas noches, Leo! Hasta pronto!

Enseguida se escucho el clic de fin de la comunicación telefónica.
Miré a mi amiga en la penumbra de la noche, bajo la cual se veía más misteriosa, y antes de que le preguntara nada, me dijo:

- Entremos, que empieza a hacer frío.
- Bien, pero...

Otra vez en mi cabeza daban vueltas miles de ideas confusas en torno a la identidad de mi amiga. Toda su persona me intrigaba. No sabía qué preguntas serían las más adecuadas para hacerle, así que empecé, o quise empezar con una pregunta directa, pero, al ver que ella abría una puerta que no era de la parte pública del café, luego de encender una luz y ver una escalera que llevaba a un segundo piso, le pregunté:

- Es por aquí, Jenni? Por qué no nos quedamos abajo, donde están todos los clientes y las mesas?
- Sígueme
- Tú me desconciertas; tú me vas a volver loco, querida amiga. Está bien, te sigo. Ahora sí me asesinarás en este lugar, cierto?
- Pareciera que no me conocieras, Franco; sube; aquí habíamos venido durante muchas ocasiones; recuerdas?
- Bueno, sí, pero no a esta parte del café.

Subimos las escaleras. En la parte superior del edificio había una estancia escondida, a la cual sólo se podía accesar con un código que sólo Jenni sabía. Entramos y descubrí un pequeño laboratorio, o taller, lleno de leds encendiéndose y apagándose por todas partes, pantallas, cables, computadoras, y otra infinidad de dispositivos electrónicos sumamente sofisticados. Después exclamé:

- Wow! Esto es sorprendente, Jenni!
- Te gusta?

Y no pudiendo soportar más mis cuestionamientos internos, simplemente estallé en preguntas. Me dirigí a Jenni con un rostro muy serio:

- Oye, Jenni! Quién eres tú? Tú no eres la Jenni que yo conocí durante la carrera. De pronto desapareciste de mi vida, y de la vida de muchos otros. A qué te dedicas ahora? Por qué te vistes así, con esas ropas pegadas al cuerpo de color oscuro? Por qué has venido a visitarme, después de tanto tiempo? Cómo supiste dónde vivía? Cómo sabías que en este lugar hay tantos equipos de vanguardia tecnológica, y muñecas también? Cómo es que sabes conducir motocicletas en medio de la noche? Acaso eres una espia? Por qué te quedaste en mi casa? Qué acaso no tenías un vuelo que tomar de regreso a... no sé a dónde rayos, imagino que a tu casa o centro de investigación, o andas de viaje? Necesito me respondas ahora, Jenni... por favor...

Por primera vez su rostro se puso inexpresivo; su sonrisa se borró un poco. Pero ella guardaba silencio. Caminó hacia una pantalla, la encendió, oprimió unos botones, y subió el volumen. Era un canal de noticias. En el que se escuchaba lo siguiente:

- ... estamos reportando desde el lugar donde se estrelló un avión comercial... los bomberos intentan sofocar el fuego; los reportes oficiales indican que no hay sobrevivientes; se desconocen hasta el momento las causas del accidente; pero todo parece indicar que las malas condiciones meteorológicas ocasionaron el desplome de la nave, por fortuna cayó en un lugar despoblado y los daños no fueron mayores; el tráfico por la carretera se ha visto entorpecido por estas labores de rescate...

- Vaya, eso explica el tráfico de la carretera... - Exclamé.- Pero no me dice nada de ti... O sí?... Tiene algo que ver contigo, Jenni?
La respuesta que me dio me dejé helado.
- Este avión es el que me llevaría de regreso. Me alegra que te hayas retrasado en el trabajo, de lo contrario...
- Quieres decir que de alguna manera te salvé la vida?
- Ellos me descubrieron; sólo fingí que subía al avión antes de que me atraparan. Y por eso decidieron derribarlo.
- Cómo que derribarlo? Acaso no fue un accidente? Quiénes son ellos? Por qué te persiguen?
- Te contaré todo, si prometes no decírcelo a nadie, de lo contrario...
- De lo contrario sí me asesinarás, cierto? - y ella vuelve a sonreír. Y continúa diciendo:
- Ellos, la Agencia de Inteligencia Secreta del Gobierno... Si se le puede llamar "Inteligencia"...
- Por qué te han de querer capturar, o más, bien por qué te quieren asesinar? Acaso eres trabajaste con ellos y desertaste?
- No; nunca he trabajado con ellos.
- Entonces sí eres una espía internacional o algo así...
- No; tampoco soy espía, propiamente...
- No me digas que, entonces, eres una terrorista...
- Tampoco.
- Pues creo que no estoy entendiendo... Por qué te está sucediendo esto?
- Verás, Franco. Siéntate. Quieres una taza de café?
- Si eso me quita el sueño tanto como tu historia, claro que sí! Pero mientras tanto, háblame de ti...
- Has oído hablar de Vladimir A. Alexandrov?
- mmm... déjame recordar... creo que es algún ajedrecista ruso, no?
Otra vez se vuelve a reír, pero ahora de mí!
Y luego me dice:
- Leíste alguna vez el libro "El Invierno Nuclear" de Carl Sagan?
Me puse un poco rojo del rostro; de momento no recordaba ese nombre, pero sí había leído ese libro. De verdad lo leí!
- Sí, ese es uno de los libros que tomaste en tus manos hace rato, en mi casa. Allí aparece su nombre, si mal no recuerdo... Pero me parece que esta persona desapareció de improviso, entre el polvo de la guerra fría, o algo así... Desapareció... Sí, como tú desapareciste también!
- Vladimir trabajaba con mi padre, hasta que él murió... o fue asesinado. Después Vladimir se puso en contacto conmigo y yo continúe la obra de mi padre.
- Todo lo has mantenido en secreto. Por qué? Acaso son dos personas huyendo del gobierno a causa de sus ideologías, o qué?
- No somos, dos Franco. Somos un grupo de personas que trabajamos con la ciencia y la tecnología a nivel internacional. Pero actuamos de forma secreta. Es muy difícil que los ineptos agentes de inteligencia del gobiernos nos detecten. Nunca nos tuvieron en cuenta. Nunca pensaron que esta asociación de "nerds" fuera peligrosa. De hecho, nosotros siempre les hemos hecho saber que nuestros avances en investigación son para el progreso de la humanidad. Ha sido muy fácil engañarlos todos estos años. Pero este movimiento no es ideológico. Nosotros sabemos que las intenciones de los gobiernos actuales de los países más poderosos del mundo son de sometimiento. Este país llevaba una línea de progreso basada en el conocimiento, en el desarrollo del ser humano, aprovechando los gustos y capacidades de las personas. Sin embargo, los países poderosos, vieron este desarrollo como una amenaza a su hegemonía mundial. Ellos derrocaron el gobierno actual, tú lo sabes, Franco, y pusieron al presidente que ellos pueden manipular a su antojo. Este país ha servido como experimento. Ahora se les someterá más, pero haciéndole pensar a las personas que no tienen que esforzarse, pues el gobierno les dará todo. Esto es un engaño maquinado por los poderosos de este planeta...
- Sí, yo sabía que algo andaba mal en estos asuntos, pero no me daba cuenta de ello... Y, entonces, tú vienes a rescatarme, cierto, Jenni?
- Déjame terminar de explicarte. Nuestro grupo se llama... "Conexión Gamma". Para las agencias de inteligencia del gobierno (AIG) nosotros éramos blanco de sus burlas. Sin embargo, nosotros nos empezamos a infiltrar en sus cúpulas directivas, aprovechando nuestras aplicaciones tecnológicas. Después nos pusimos en contacto con ellos para advertirles de su error, y de plantearles un camino más humano para la civilización, pero nunca nos escucharon. Claro, eso iba en contra de sus planes de dominación y sometimiento, de su insaciable sed de poder. Nosotros llegamos a atacar varios de sus servidores, pero después hicieron alianzas con grandes firmas tecnológicas y se desató una guerra cibernética. Fue entonces cuando nos empezaron a ver como una amenaza. A muchos de nosotros nos han perseguido. A pocos han capturado o asesinado.
- Entre ellos tu padre, si no me equivoco.
- Nunca supe cómo murió mi padre, pero seguramente fue asesinado por su radical oposición. Ahora a nuestro grupo lo llaman "Núcleo Siniestro", y vivimos escondidos, trabajando sin descanso para evitar que lleguen a tomar el control total de todo el planeta. Nuestro objetivo es concientizar a la gente, promover un despertar, abrirles los ojos, buscamos que piensen por ellos mismos, que luchen por sí mismos sin vivir sometidos por el gobierno para poder llevar una existencia plena. Buscamos el desarrollo, promoviendo la lectura, el conocimiento, el progreso científico y tecnológico. Pero no es una tarea fácil cuando durante años se ha manipulado la conciencia de la gente.
- Son sorprendentes tus palabras, Jenni. "Núcleo Siniestro". Qué nombre tan más cruel para su organización. De verdad que han despertado un gran odio gubernamental contra ustedes. Creo que ya no vives tranquila; a donde quiera que vayas te has de sentir perseguida, no así? Los tratan como criminales. Pero no has cometido ningún crimen imagino. Es simplemente una postura válida que has adoptado.
- No; no estoy tranquila hasta que vea un cambio favorable en el mundo. No soy ninguna criminal. Sin embargo, nos tienen miedo, nos persiguen porque tenemos conocimientos muy avanzados en ciencia y tecnología. Y, como sabes, el conocimiento es poder.
- Tú eres muy inteligente, Jenni. Siempre lo has sido. Y ahora que has trabajado por tu cuenta, al lado de Vladimir, imagino que has desarrollado algo más que bio-chip de comunicación. Pero, me queda una gran pregunta... Después de haber pasado tanto tiempo, tiempo en el que yo no supe nada de ti, por qué has venido a buscarme? No creo que sólo sea para servirte de conejillo de indias de tus experimentos de comunicación vía un chip que implantaste con "cariño" en mi fuerte pero sensible brazo, cierto?
- Has oído hablar del "Código 13"?
- Vamos, Jenni, no me digas que crees en eso. Yo de niño creía en tantas cosas, hasta que me enamoré de la fisica; sí, de mi maestra que me daba la materia de física en la secundaria!
- Qué gracioso! Y...
- Ah, del "Código 13" quieres saber lo que yo sé? Disculpa, pero no creo en eso, y yo no tengo experiencia al respecto. Lamentablemente no te podría ayudar. Sé muy poco al respecto.
- Bien, pero qué es lo que sabes? Dime lo que sepas, aunque sólo sean simples nociones...
- De acuerdo. Sólo sé que el "Código 13" es un procedimiento, que nadie conoce exactamente, por medio del cual te conectas a las CPUs de los PLC Siems300, y puedes extraer un código escrito en su memoria, código que inicia desde el byte de memoria 13. Por eso se llama código 13. Sin embargo, sé que si realizas mal el procedimiento, te cargas la CPU, sin posibilidad de volverla a reparar. Pero para qué te sirve esto a ti? Has manejado PLCs? O vas a aprender ahora PLCs?
- No tengo tiempo para eso. Yo me voy a dedicar a otras funciones dentro de mi organización.
- Entonces, para qué deseas que te hable del "Código 13"?
- Quieres más café, Franco? Recuerdas que este lugar se llamaba antes "El café de don Alfredo"?
- Así, es Jenni. Pero te preguntaba del "Código 13"...
- Aquí pase mucho tiempo con mi amiga Susana. La recuerdas?
- Claro que sí; ustedes dos eran muy buenas amigas. Ella te quería tanto que, a la muerte de su padre, Don Alfredo, dejó la carrera y se quedó a cargo del café. Y cuando tú desapareciste, en tu memoria, le cambió el nombre a "El café de Jennifer".
- Es el mejor café del país, y quizá del mundo...
- Ya lo creo. Pero dime, por qué hay tantas muñecas en este lugar? Son tuyas o de tu amiga? Acaso aquí jugaban juntas ustedes dos? Por qué tanto equipo de vanguardia tecnológica adornado con estos juguetes y dulces por doquier?
- Ya no juego con muñecas. Y Susana, tampoco.
- Entonces?
- No te lo imaginas?
- La verdad, no, Jenni. Puedes decirme aclararme este misterio por fa?
- Sólo déjame terminar mi café.
- Antes de que lo olvide, tengo esta otra pregunta para ti. Cómo diste con mi ubicación? Cómo sabías en dónde me encontraba? Cómo ingresaste a la planta sin que yo te dijera en dónde estaba ubicada?
- No me preguntaste que si yo era espía?
- Pero no lo eres; bueno, tal vez te podría llamar hacker, pero cómo lo hiciste?
- Me permites tu teléfono celular?
- El teléfono! Hasta ahora caigo en la cuenta! Mi teléfono te da mi ubicación exacta en el momento que tú desees saber dónde estoy, cierto?
- Sí, pero permíteme tu teléfono.
- Para qué lo quieres Jenni? Algo me hace desconfiar de ti... Crees que te lo voy a dar? Pues fíjate que...
De alguna manera su tierna mirada me volvió a hipnotizar...
- Aquí está, Jenni... Espero que lo cuides como yo lo he...

Primero le sacó la batería, y luego, al resto del teléfono lo aplastó con su bota... Luego lo tomó con sus manos a lo que quedaba de mi celular y lo puso en mi estuche nuevamente.

- No tenía porqué haber hecho eso, Jenni! Era un equipo de última generación! Ahora cómo podré comunicarme?

Y ella me señaló mi brazo y mi cabeza...

- Bien; menos mal que todos mis contactos los respaldé en mi compu hace unos días... Pero, no tenías por qué destruirlo; yo no soy espía; o más bien, yo no soy buscado por la Interpol ni nada por el estilo...

Una vez más me miró con esa sonrisa sarcástica.
Y le dije:

- Ya estoy dentro, verdad?
- No; si tú no lo deseas; nadie te conoce; nadie te ha visto conmigo; nuestra comunicación telefónica ha sido a través de frecuencias seguras.

De pronto ella toma mi taza y la estrella contra el piso.

- Por qué te enojas? Estás molesta conmigo, Jenni?
- Salgamos de aquí!
- Qué pasa, Jenni? Por qué te alteras de esa manera?
- Son ellos! Creo que pusieron cámara secretas en la entrada de la cafetaría!
- Ellos? Quienes? Los del gobierno? Cómo sabes que son ellos?
Y de pronto escuché los gritos de la gente del café de la planta baja, las sirenas de las patrullas, y el clásico: "Ríndanse; los tenemos rodeados!"
- Es el estúpido de James Bean y compañía! - exclamó Jenni.
- Acaso este no es un lugar seguro? No necesitan una orden de cateo para ingresar aquí? Por qué no nos escondemos aquí, Jenni?
Mientras tanto, ella abrió una ventana de la estancia (sí, del segundo piso!), y me dijo:
- Salta!
- Estás segura? Me podría lastimar!... Está bien! Allá voy!
Y salté por la ventana, me deslicé por la cortina lateral que sirve para cubrir del sol al establecimiento, y caí hasta el suelo mojado dando vueltas y llenándome de lodo. Menos mal que no me rompí ningún hueso. Enseguida cayó ella... pero ella apoyó los dos pies en el piso y su mano derecha también, por lo que no se ensució su ropa, como yo! Genial, es lo malo de no recibir este tipo de entrenamiento siendo un simple ciudadano más...

Enseguida se quitó su chamarra negra de piel, y me dijo:
- Póntela, rápido! Y el casco también!
Así lo hice; menos mal que no me quedó muy ajustada, pero sí se sentía algo pesada...
Y comenzó a llover con fuerza una vez más.
Con los agentes detrás de nosotros, corrimos hasta la motocicleta, y ella me dijo:
- Maneja tú!
- Estás segura? Yo nunca he manejado una motocicleta!
- No es tan difícil; vamos, sube, no lo pienses! Sólo conéctate con ella! Piensa en que la motocicleta y tú son una sola cosas, un solo ente, un solo ser!
- De acuerdo! Lo intentaré! Pero no me presiones!

De pronto escuché los impactos de balas cerca de mí, así que encendí la moto con un poco de su ayuda, y ya los dos en la motocicleta, comencé a avanzar en esta belleza con ruedas... hasta que me estrellé con un bote de basura... Apoyé los pies sobre el piso, giré un poco la motocicleta, y otra vez tomé velocidad, mientras trataba de mantener en equilibrio la motocicleta.
Rápidamente me incorporé a la carretera, pero tuve que dar un violento giro ya que las patrullas venían en sentido contrario a mí.
Yo no voltée hacia atrás, pero me pareció que ella llevaba un arma con la cual disparaba en contra de nuestros perseguidores.
Tuve que esquivar autos en carretera, cientos de ellos, bueno, no tantos, mientras recibíamos abundantes gotas que las ruedas de los autos levantaban de los charcos formados en el asfalto. El tráfico era más fluido, pero seguía habiendo bastantes vehículos.
"Vaya! - pensé- manejar una moto es más fácil y divertido de lo que imaginaba! Y hasta logré burlar a la policía!"
Pero, hablé demasiado pronto, ya que en el cielo apareció un helicóptero que nos seguía de cerca!
Y en el siguiente cruce advertí un retén policiaco, por lo que Jenni me gritó:

- Salte del camino! Sigue por la terracería! Internate en el bosque!

Instantes después, tomé camino por la tierra, o más bien, por el lodo.
La lluvia entorpecía mi visión, pues las gotas se me acumulaban en el casco, y me eran muy molestas, además de que mi respiración empañaba por dentro la mirilla del casco.
Ya sólo nos seguía el helicóptero, que por momentos lograba confundirlo, incluso cuando estuve a punto de chocar con algún árbol o piedra grande en el camino.
Finalmente, encontré un camino de terracería y me incorporé a él.
Aceleré lo más que pude, y dejé bastante atrás el helicóptero.
Sin embargo, detrás de nosotros aparecieron dos patrullas más, y volví a acelerar.
Más adelante había un puente bastante largo y angosto construido sobre un caudaloso río; caudaloso por estar en pleno tiempo de lluvias. Me incorporé al puente, con las patrullas muy cerca de nosotros.
Al otro lado del puente advertí que estaban apostados otros grupos de policías ya apuntando sus armas contra nosotros.
No teníamos escapatoria.
Asi que Jenni me gritó:

- Salta!
- Pero, Jenni! Es una caída de más de 20 metros! - repliqué.
- Salta! - me gritó una vez más.

En esos momentos recordé las palabras que le había dicho a Jenni, que yo saltaría de un puente si ella me lo pidiera, ya que ella tenía un gran poder de sugestión sobre mí...Y con todo y motocicleta... saltamos el puente... al vacío... Soltamos la motocicleta, pero nosotros no nos soltamos... Durante la caída Jenni me dijo algo así como:

- Regresa a "Un caffè da Jennifer"!

Instantes después nos hundimos en el río, en medio de la oscuridad, lejos de casa, lejos de lo que había sido mi apacible vida, y tal vez aquí terminaría...

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[Continuará...]
    

viernes, 14 de marzo de 2014

Expediente PLC (00 01H). Vinculos de comunicación

Me encontraba sobresaltado.
Mi corazón latía con rapidez.
Cuando aquella estancia se llenó de luz, pude ver una esbelta silueta femenina.
Ella vestía completamente de negro.
Parecía una figura sacada de una novela de misterio.
Sus botas de color negro, subían varios centímetros sobre sus tobillos.
Inlcuso, traía unos guantes de color negro puestos en las manos.
Toda su vestimenta se ajustaba perfectamente a su cuerpo, pero ella parecía sentirse cómoda, como si todo se tratase de una segunda piel.
Su pelo también era negro.
Sólo su rostro pálido y joven contrastaba hermosamente con el color negro de su atuendo.
Instantes después, lleno de emoción y de alegría, me recuperé de esta grata sorpresa, y le dije:

- Jenni, me da mucho gusto volverte a ver!

Ella sólo se limitó a sonreír.

- Pero casi me matas de un susto. Cómo lograste librar mi sistema de seguridad? Es extraño que mis perros guardianes no te devoraran. Luces hermosa, pero con esta forma de vestir, no sé si decir que trabajas en una agencia de modelos, o eres una asesina profesional, o algo así... - le comenté bromeando, mientras le daba un abrazo de bienvenida.

A lo que me respondió:

- Tienes un sistema de seguridad muy rudimentario. Tus "cachorros" son más dóciles que un corderito. Y, sí, efectivamente, soy una asesina profesional... - cosa que dijo con una sonrisa sarcástica.
- No habrás llegado hasta este lugar para asesinarme, cierto? - le pregunté con cierto grado duda, mientras la adrenalina amenazaba con invadirme todo el cuerpo, y me soltaba de sus brazos.
- Estoy bromeando! - me dijo otra vez sonriendo. - No he venido a matarte; eso lo harás tú sólo... o quizás, no...

Mi amiga misteriosa una vez más con sus juegos de enigmáticas palabras que ponían en corto circuito mis neuronas.

- Qué quieres decir? - le pregunté con asombro.
- Pronto lo sabrás... - me contestó, mientras fijaba su atención en los libreros de la estancia.

- Jenni, hablas con mucho misterio, lo sabías? De la misma manera misteriosa desapareciste de la escuela, donde estudiábamos juntos, desapareciste de la ciudad, del país, no sé si de este mundo, pero, desapareciste también de mi vida... Cuando estábamos por terminar la carrera como ingenieros en electrónica, donde tú fuiste la alumna más brillante de todos los tiempos, un día, sin más, te esfumaste sin dejar rastro alguno de ti. Nadie supo más de ti... Y yo te extrañé durante mucho tiempo... Hasta que me convencí de que nunca más te volvería a ver... Qué has hecho durante todo este tiempo?
- Lamento mucho haberme ido así de repente. Un día recibí la noticia de que mi padre había muerto. Como sabes, él trabajaba fuera del país, y yo era su única hija. Inmediatamente que supe de su fallecimiento, me trasladé a su lado. Una vez en el lugar, conocí a uno de sus colegas, a uno de sus mejores amigos. Él me dijo que mi padre había muerto en circunstancias sospechosas. Y también me habló de que mi padre había estado trabajando en un proyecto junto con él, y me dijo que yo podría darle continuidad a lo realizado por mi padre. Y accedí.
- Esto es asombroso, como asombrosa es toda tu vida. Pero quién querría asesinar a tu padre? En qué proyecto él estaba trabajando? Y, mi pregunta sigue siendo si eres una asesina o algo así... Pero te puedo asegurar que yo no tengo nada que ver con la muerte de tu padre... - Qué más me quedaba decirle?
- Lo sé... Tranquilo. Yo también te he extrañado todo este tiempo... como también a mi padre... De niña lo vi muy pocas veces, y, luego, cuando crecí, sólo lo pude ver en su funeral...
- Lo lamento, Jenni...

Después fijó su vista en un estante lleno de libros de diversos temas.

- "Mecánica vectorial para ingenieros", "Historia del tiempo", "Cálculo diferencial e integral"... Has leído todos los libros de Carl Sagan? - me preguntó.
- Durante la carrera, me leí algunos, entre ellos "El cerebro de Broca", "Los dragones del Edén", "Comunicación con Inteligencias Extraterrestres", "El mundo y sus demonios", y "El invierno nuclear"...
- "El invierno nuclear"?
- Sí - le contesté -, por qué lo preguntas?
- Es un libro fascinante... Puedes imaginar un mundo lleno de oscuridad a causa de una pelea sin sentido por la hegemonía política y social del planeta?
- Pero eso no sucederá, querida amiga; la guerra fría ha terminado desde hace mucho tiempo... No lo crees?

Ella no me dijo nada; así que le comenté:

- Sólo sonríes. Así sonreías cuando veíamos los capítulos de la serie "Cosmos" de Carl Sagan, y nos poníamos a discutir de temas científicos...
- Supongo que has utilizado todos los conocimientos que has adquirido con la lectura de todos estos libros en tu trabajo - me preguntó.
- No; realmente no los he utilizado. Sólo han servido esencialmente para aumentar mi acervo cultural. Yo me dedico, o me dedicaba, mejor dicho, al área de la automatización industrial. Aprendí a programar PLC's, cosa que no fue materia dentro la carrera de ingeniería, y a eso me he dedicado todos estos años, promoviendo con entusiasmo la difusión de la tecnología. Es curioso, niño me interesaban los temas científicos, y me ponía a hacer experimentos en casa, pero luego crecí, y esto que era una pasión para mí, se tornó en una tortura a la hora de demostrar en los exámenes que esto realmente me gustaba. Sueno irónico, no te parece?
- Quieres decir que llegaste a detestar la ciencia y la tecnología...
- No; más bien llegué a detestar el sistema de enseñanza; es decir, no sé por qué he de aprender a la fuerza algo que me gusta... Si me gusta, lo aprendo, pero eso de que me hagan aprenderlo de manera coaccionada, o sea, sacando buenas notas, de lo contrario sabrías que los maestros no estarían contentos contigo, y, a raíz de eso, te vendría una reprimenda por parte de tus padres... Eso sí que es una tortura... Es como decía Albert Einstein, es como darle de comer a un perro por la fuerza, tenga o no tenga hambre...

Pero mi amiga seguía inspeccionando con su mirada inquisitiva todo el estudio. Se detuvo en mi colección de música, y me dijo:

- Mira cómo ha variado tu gusto por la música; escuchabas música en italiano, como "Nicola di Bari", "Domenico Modugno", "Pooh", así como también música que hoy sería catalogada como música New Age, como "Kitaro", "Vangelis", "Enya"... Te volvía loco esa música, y ahora veo que también incluyes otros géneros de música... Mira, por aquí tenemos a "Within Temptation"...
- Bueno, eso tiene una explicación... - le contesté.
- Supongo que tuviste varias novias... Te casaste? Dónde está tu esposa? Tienes hijos?
- Para allá iba, querida amiga... Sí, tuve algunas amigas... Bueno, en realidad, casi no tuve amigas, así como tú casi no tuviste amigos... Luego conocí a quien iba a ser mi esposa... Tuve un hijo... Con esto del trabajo, me la pasé mucho tiempo fuera de casa... Y un día, simplemente, ellos ya no estaban... Descuidé mi familia; me faltó tiempo para ellos, aunque siempre me considiré un esposo responsable, tratando con respeto a mi esposa; no me iba de parranda, no tomaba, no fumaba, no jugaba... Viví para mi trabajo... Y eso me costó mi familia... Cuando ellos se fueron, me quedé sólo en casa. Me puse muy triste, y empecé a tomar... Por las noches tomaba mi botella de whisky, y me ponía a escuchar música que me ayudara a sacar mi dolor, como la de "Within Temptation", y otros temas que se tocan en los funerales... Viví en mucha oscuridad en esa época de mi vida. Yo buscaba a mi esposa, pero ella me rechazaba. Finalmente, me divorcié y me di la oportunidad de recomenzar mi vida. Durante una temporada tuve a mi hijo en casa; después se fue a estudiar fuera del país, y me comunico con él con frecuencia. Pero todavía hay una parte de mí que vive en la oscuridad...
- Así me siento yo desde que murió mi padre... Vivo en oscuridad...
- No te has casado, o sí?
- No. Me he dedicado por completo a continuar con el proyecto de mi padre.
- Y tu ropa negra es porque guardas luto por él, supongo...

Otra vez me mira con su sonrisa enigmática.

- A todo esto, creo que se hace tarde para la cena... No te apetece comer algo? - le preguné.
- En el avión comí muy bien, pero con gusto cenaré contigo.
- Bueno, aquí en casa no tengo comida. Estuve una larga temporada ausente, y este es el primer día que voy a pasar en casa, luego de haber finalizado mis labores en un puesto gubernamental; claro, un puesto que tenía con el anterior mandato, ya que, precisamente al llegar este otro grupo al poder, yo perdí mi puesto... Pero yo tampoco tengo mucha hambre... Pero podemos salir a tomar algo...
- Recuerdas "Caffè don Alfredo"?
- Sí, claro, el café que tenía el papá de una amiga tuya, y ahora se llama "Il caffè di Jennifer", que por cierto, a la muerte de su padre, tu amiga le puso así en tu honor, ya que ella te quería mucho, y también para ella desapareciste...

Hubo un breve silencio... Y luego añadí...

- Entonces, quieres ir a ese lugar? Tal vez puedas saludar a tu amiga, quien se llevará una grata sorpresa cuando te vea.
- Está bien, pero antes de irnos, sólo siéntate y extiende tu brazo izquierdo...
- Ahora sí me asesinarás con una inyección letal? - le pregunté sonriendo, mientras ella mantenía su puño derecho cerrado.
- Por qué me tienes tanto miedo? Pareciera que no me conocieras. Sólo quiero instalarte un chip de comunicación, claro si tú lo deseas...
- Cómo un chip de comunicación? Y eso de instalarme, pareciera que yo fuera una computadora o algo así...
- Este chip no es un chip cualquiera; es un chip de alta tecnología desarrollado en la organización en la que yo trabajo; se instala en el cuerpo, y funciona como un teléfono celular.
- Vaya, y yo creía que conocía todos los avances tecnológicos de vanguardia. De cualquier manera, no entiendo cómo funcionará, y eso que soy electrónico; quizá necesite aprender un poco más de anatomía y fisiología humana...
- Verás, este chip se instala en tu brazo; una vez dentro de tu piel, el chip hace un reconocimiento de las terminaciones nerviosas que hay a su alrededor, crea conexiones a nivel celular, y su fuente de energía son los impulsos eléctricos de estas mismas células. Pero lo más sofisticado de este chip, es que lo puedes gobernar a voluntad con tu pensamiento... Quieres probar?
- Si eso no me vuelve loco, o un zombie, o algo así, y funciona como dices, por qué no?
- Confía en mí...
- "Confiar en ti"... siempre he confiado en ti...
- Y siempre confiarás en mí?
- Claro que sí, pero tú no me volverás a abandonar, cierto? Luego de que tú me dejaste, en mi vida también me abandonó mi esposa... Y no quisiera perderte nuevamente...
- Pero nunca te he abandonado; cuando me fui, debido a la muerte de mi padre, mantuve la idea de regresar contigo lo antes posible, y siempre has estado en mi pensamiento... Además, con este chip podrás comunicarte conmigo en cualquier parte del mundo...
- Disculpa, pero desde niño he tenido ese temor, temor al rechazo y al abandono de mis padres... Tal vez eso contribuyó a volverme un poco retraído...
- Es mejor que dejes esa idea; tal vez sea mejor que pienses en aceptar a las personas que llegan a tu vida; no las puedes retener; es mejor que dejes ir a quien se quiera ir, y vivas en libertad y abierto para conocer a nuevas personas, nuevas amistades...
- Tienes razón, Jenni... No lo había visto así... Yo mismo he creado mi propio mundo de soledad, por encerrarme en mi propio mundo... Bien... Estoy listo para el chip. Confío en ti...
- Esto va a doler un poco... y más si no estás acostumbrado a realizar trabajos físicos... - otra vez sonríe de manera sarcástica.
- Sólo espero no quedar inválido, Jenni...
- Por un chip en el brazo? No; sólo podría quedar en estado vegetativo...
- Estás bromeando nuevamente, cierto?

Aunque el dolor fue intenso, mitigado porque yo no dejaba de contemplar aquella sonrisa, y duró cerca de dos horas (en realidad fueron unos cinco minutos, pero para mí transcurrió un tiempo interminable de sufrimiento), finalmente quedó instalado el chip... Un poco de sangre se filtró por el sofá, a pesar de haber puesto unas cuantas gasas debajo de mi brazo...

Finalmente, ella me dijo:

- Quedó listo. Cómo te sientes? De maravilla, supongo.
- Cuándo se me quitará la hinchazón de mi brazo? Mira, parezco Popeye!
- No te preocupes; son muy breves los efectos secundarios... Como pérdida de la memoria, desorientación, insomnio, delirios de suicidio...
- Si no te estuvieras riendo, creería que hablas en serio...
- No estoy bromeando!
- No quieras asustarme nuevamente, que me cortaré el brazo!
- Es mejor que empieces a usar el chip... Sí, con tu pensamiento... Ahora sí que tendrás molestias!
- Ahora entiendo por qué vistes de negro; eres bastante sádica conmigo; te había dado cuenta? Y yo que te lo permito. Me torturas con tus palabras!
- Márcame.
- Perdón? Yo no sé hacer tatuajes!
- Gracioso! Quiero decir, llama a mi número de celular...
- Olvidé dónde dejé mi celular, pero te puedo hablar con el teléfono de casa.
- No! Hablo de que me marques utilizando el chip que te acabo de instalar.
- Y cómo demonios hago eso?
- Inicialmente, sólo piensa por unos momentos con mucha claridad en los números; uno por uno; si el chip los reconoce, sentirás una descarga eléctrica placentera recorriendo tu brazo hasta llegar a tu cerebro en una fracción de segundo; una vez que termines de pensar los números, no pienses en nada más durante unos segundos, y si lo has hecho bien, pronto te contestaré, y podrás escuchar mi voz a través de vibraciones bioquímicas ligadas a tus sistemas auditivos que podrás percibir en tu propio pensamiento. Después, sólo habla normalmente, o piensa como si estuvieras hablando realmente, aunque no muevas tu boca ni la abras. Entendido?
- Bien, creo que es sencillo... Para ti! Ahora voy a probar...
- Mejor lo practicas en el camino, ya que se empieza a hacer tarde...
- De acuerdo, vamos...
- Lo mejor de esta tecnología es que el chip memoriza los números, y asocia a la persona con la que hablas con su número telefónico. Así sólo necesitarás pensar en esa persona, desear hablar con ella, y el chip se encarga de establecer la comunicación.
- Esto es fantástico... Ahora lo voy a intentar...
- Mejor, ahora nos vamos...
- Sí, tienes razón, mejor nos vamos.

Avanzamos hacia el exterior de la casa, y ella, tomando una chamarra que colgaba de una silla, me dijo:

- Ponte este chamarra.
- Pero ya traigo puesto este suéter. Quieres que luzca como tú con esta chamarra negra?
- Es de noche, y es mejor que pasemos desapercibidos...
- Por qué deseas que nadie nos vea? Te golpeará tu novio se me ve contigo?
- Te lo explicaré más adelante; de momento, será mejor que te la pongas...
- Bien; enseguida desactivo los contoles de seguridad de la casa... No abras la puerta porque...!!!
- La puerta está abierta... Salgamos...
- Decía que ibas a activar las alarmas al abrir la puerta; todavía no las desactivaba... Cómo hiciste eso?
- De verdad quieres saber cómo?
- Ahora ten cuidado con los perros que se te están acercando!
- Te refieres a estos lindos cachorritos?
- No puedo creer que no te estén ladrando; no puedo creer que los acaricies sin ningún problema; a cualquier intruso ya lo habrían destrozado por completo... Tienes un don especial con los animales, cierto? Otra vez tu sonrisa...
- Bien, mis cachorros, ustedes se quedan en casa, que su papá y yo nos vamos de paseo... No dejen entrar a nadie; hay cosas muy valiosas en esta casa...

Cuando llegamos a la cochera, apenas iluminada por una lejana lámpara del jardín, le dije:

- Creo que olvidé las llaves de mi SUV en la sala... Ahora vuelvo...
- En tu SUV? Pero si nos vamos a ir en mi moto...
- Cuál moto? De qué hablas?
- De la moto que está aquí...
- Cómo que hay una moto? Por qué no la vi cuando llegué?
- Tal vez porque es de color negro, y es de noche... No lo crees?
- Tu sonrisa me va a volver loco, Jenni... Sólo hay un pequeño incoveniente...
- Cuál?
- Yo no sé manejar motos!
- Pero si conducir una moto es cosa de niños... o más bien, de niñas! Como quiera que sea, tú no vas a manejar...
- Espero que sepas conducir, Jenni; además, ha llovido mucho, y... soy muy joven para morir...
- Tú confía en mí...
- Tengo alternativa?
- Supongo que no... - Esa sonrisa...

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[Continuará...]