viernes, 14 de marzo de 2014

Expediente PLC (00 00H). El final de una etapa... ¿y el comienzo de otra? Parte II

Finalizando el Retén

    Estaba por llegar al final del retén, a mi turno de inspección, y pensé que quizá yo no era nadie importante para los uniformados; así que supuse no había mucho de qué preocuparme. Avancé un poco más y vi a varios vehículos estacionados en la orilla de la carretera, siendo inspeccionados por los elementos de la policía, pidiendo documentación y analizando que los ocupantes no tuvieran antecedentes que los vincularan al partido que había dejado el poder "democráticamente".

    Es de imaginar que el partido perdedor, el "Partido Pro Desarrollo Humanitario", ante el fraude cometido por el "Partido del Movimiento Nacional", iniciara una serie de protestas por parte de muchos de sus integrantes y simpatizantes. Las manifestaciones públicas fueron, en un inicio, toleradas, pero con el paso del tiempo, al advertir que mucha gente se enteraba de cómo se manipuló la información de la contienda electoral, donde pocos —muy pocos— fueron los votos emitidos a su partido, el gobierno decidió implementar medidas represivas ya premeditadas desde mucho tiempo antes, con el fin de evitar una protesta masiva por toda la nación.

    Los principales medios de comunicación fueron controlados de inmediato, difundiendo la imagen de unas elecciones democráticas y transparentes, suprimiendo o evitando la salida al aire de las protestas continuas ocurridas en diversos puntos del país, y transmitiendo imágenes de satisfacción de la gente por la llegada del "mejor partido" que podían tener.

    Muchos manifestantes fueron capturados sin saberse su paradero. Muchos miembros del partido opositor fueron amenazados, pero se organizaron y mantuvieron cierto poder para defenderse y minimizar los embates de sus atacantes. De cualquier modo, al gobierno en el poder le convenía mantener cierta imagen internacional de tolerancia respecto a sus oponentes ahora "derrotados" vía las pasadas elecciones.

Interacción con los Policías

    "Quítese los lentes", fue el saludo cordial que me dirigió el policía que me detuvo en el retén. No estaba en absoluto nervioso ni atravesaba por mi mente inquietud alguna. El policía me pidió bajar del vehículo, mientras otro agente escaneaba la placa de mi SUV.

    El policía que estaba conmigo me escaneó y esperó a que la terminal de computadora les arrojara los resultados de la información recopilada.

- ¡Pareja! ¿Qué espera para sacarle foto a este individuo? —dijo con voz ronca el agente apostado en la terminal de computadora (claro, ese individuo era yo)

- ¡No pareja, pos si ya le tomé la foto! —respondió casi gritando el otro policía.

- ¿Cómo que ya le tomaste la foto? Aquí no me llegó nada de foto. Esta terminal sigue con el mensaje de "Waiting for Scanning", que ya ves que eso significa que hay que tomar una foto. Ándale, tómale la foto.

- Pos pa mí anda fallando otra vez esta chiva; no salen las fotos que ando tomando. Y esto más parece una pistola que una cámara.

- Pareja, tómela la foto. Va.


 Se acerca otra vez a mí el policía con el escáner.

- A ver, pareja, ahí está, ya tomé la foto. Ya apachurré este botonzote. ¿Viste el rayote rojo que salió? ¿Ya la tiene?

- No, pareja, no me llega nada. Todavía sigue con eso de "Guuaitingg foor eesscan-nninggg". A ver, esperamos unos momentos más.

Luego de unos momentos más:

- No pos, no me llegó nada pareja. A ver, traiga la otra cámara.

- Aquí la traigo. A ver si con esta otra sí quiere. Sí, ya ves, no le duran las pilas. A ver. Aquí te va, pareja, la foto.

- A ver… No pareja, mando el mensaje "communication error. Try again"... O sea, que traigas la otra. ¿No?

    Lo que no se daban cuenta estos individuos era que en sus manos el objeto en forma de pistola era un escáner, no una cámara. Necesitaban hacer pasar el escáner por toda la cara —mi cara—, no nada más apachurrar el botonzote y ya.

Intervención del Capitán

    En esos momentos llega el capitán de los policías.

- A ver, ¿qué está pasando aquí? ¿Por qué están durando tanto, bola de ineptos?

- No pos es que no salen las fotos. No más capturé el número de placa de la troca, pero no aparece información de este chavo en la terminal. No más se queda en "Guuaitingg foor eesscan-nninggg", jefe —respondió el policía de la terminal.

- ¿Y qué te dice de la placa? ¿Es robado el vehículo, o pertenece a algún miembro de algún partido opositor? —pregunta el capitán.

- Negativo, mi jefe. Está limpio, con todos sus permisos pagados y papeles en regla.

- ¿Y dónde está Filemón, para que te arregle esas porquerías? —pregunta el jefe de los policías.

- No vino, mi jefe; hoy hizo San Lunes. Y Toribio, él sí le sabe a estos equipos, y que estaba con nosotros desde la mañana, se acaba casi de ir en su moto.

- ¿Cómo que se fue? ¿Bajo el permiso de quién?

- Pos de usted, jefe; acuérdese que ya habíamos quedado desde antier que se iba a ir tempranito a conseguir a las chamacas para ahora que termine el turno, y ya tenerlas listas para…

- ¡Silencio! Ya recordé todo. Usted caballero, puede continuar su camino. ¡Ah!, y por favor, no comente nada de lo que éste idiota anda alucinando. Yo me encargo de encerrarlo al rato por decir tantas sandeces.

- ¿Qué pasó, jefe? ¿A poco ya no lo voy a acompañar al reve con…

- ¡Silencio!, dije, que, si no, ¡lo mando encerrar ahora mismo!

- Ta bien, patrón, ta bien.

- Silenciooo! Usted caballero —dirigiéndose a mí—, que pase una buena tarde.

- Gracias. Con su permiso me retiro —le dije al capitán.

    Me subí a mi SUV y, luego de esta escenita, reemprendí el rumbo a mi casa.

Llamada de Leo

    Pasaron varios minutos de apacible conducción cuando escuché una llamada de mi celular. Inmediatamente se bajó el volumen de la música que traía ambientando mi SUV, y en la pantalla del celular leí el nombre de "Leonardo Dávalos", un ingeniero de una planta de alimentos ubicada no lejos de donde transitaba, y jefe del área de mantenimiento.

    Él conocía bien mi situación, y le comenté que estaría al pendiente si me llegara a necesitar, cosa que yo descartaba, ya que tenía chavos bien capacitados y que se sabían de pies a cabeza las fallas de las máquinas.

    En fin, contesté, y:

- ¿Bueno? ¡Qué tal, Leo? ¿Cómo te va en tu nuevo puesto? —le pregunté.

- Pues muy bien, Franco, pero fíjate que salió un problemilla en una máquina. ¿Andas ya por estos rumbos?

- Sí, ando unos veinte minutos de tu planta, voy para mi casa, sólo que había un retén unos kilómetros atrás y allí me entretuvieron un buen rato, si no ya estuviera instalado en mi casa.

- ¿Entonces, puedes echarme una mano? Me falló una máquina en área de embalaje. Trae un PLC marca Siemens, y me urge que trabaje. Ya ves que esta es la temporada de mayor producción.

- Claro que sí, te ayudo, Leo. ¿Pero tu gente? ¿No tienes apoyo de parte de tu personal?


- Pues fíjate que ya salieron de su turno. A las 4:30 de la tarde termina su jornada, y por nada del mundo los haces regresar. Con eso de que con este nuevo gobierno se modificaron las leyes laborales, ya ves, las cosas se complican. Y ahora hasta amenazan con renunciar y demandar a la empresa si los hago trabajar horas extras y no se las pago al triple. De hecho, hemos tenido juntas y más juntas con el Sindicato, pero no hay apoyo; se le invita a la gente, se dice que se le va a pagar bien su tiempo extra, pero dicen que prefieren descansar y estar con su familia. Pero qué descansan; saliendo se van con los cuates al bar, y ya regresan bien noche a sus casas. Total, si los despiden, dicen que se llevan una buena liquidación y el nuevo gobierno les paga por estar desempleados y por no hacer nada. Está difícil la situación. Y yo, ya ves que me enfoco a lo administrativo, y eso de los PLC se te olvida si no lo practicas. Tengo otros chavos nuevos, recién egresados, pero no saben; las materias que antes había en la matrícula de estudios y que son esenciales para efectuar su trabajo, o minimizaron el contenido, o las suprimieron de plano del plan de estudios. Ya ves, todo porque terminen en la mitad del tiempo sus estudios. Pero salen, mal, muy mal. A ver si en una vueltecita me los capacitas, porque allí están los equipos y mi computadora, pero no más se la pasan platicando en el saloncito que les acondicioné como laboratorio. No saben más que de redes sociales, sus grupos musicales favoritos y cuándo va a ser el siguiente concierto, con eso de que ya están resurgiendo esos dizque artistas, y a cuántas chavas van a ligarse. Así está esto, Franco. ¿Cómo ves? ¿Me echas una mano?

- Sí, así está la situación; ya ves, como ex-director en jefe del Proyecto, me di cuenta de eso y más; y ya se veía venir. Bueno, ahora que llegue a planta, seguimos platicando. Voy para allá, cuenta conmigo. En unos minutos llego a tu planta.

- Gracias, Franco, te espero, pero vente de volada, porque aquí los jefes se han puesto muy nerviosos con todo lo que está pasando, y no quiero darles más disgusto. Te espero.

- O.K., en un momento estoy contigo.

    Colgué, y en el primer retorno que encontré me enfilé hacia la planta de mi amigo Leo. Subí el volumen de mi autoestéreo nuevamente.

    Me dije a mí mismo que mi descanso lo podía posponer un poco, ayudaba a un viejo amigo, y quizá podría dedicarme a dar servicios de PLC's y automatización a las empresas. No sería mala idea montar mi propia empresa, capacitar algunos chavos y entretenerme un rato en este mundo.

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[Continuará...]

    

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